Cuando Dos Mundos Se Cruzan

Almas Gemelas

Al finalizar del concierto la mayoría de las personas se fue conforme. Sin embargo habíamos algunos que no nos conformábamos sólo con el concierto en sí y decidimos ir al backstage. Por supuesto, nosotras con Araceli teníamos ciertas ventajas frente a los otros fans, debido a todas las anécdotas que nos han pasado con el señor Ville Valo en estos últimos dos días. El lugar estaba bastante lleno, nada extraño para nosotras, ya que habíamos frecuentado algunos camerinos mucho más llenos. Había muchas niñas llorando y muchos fans esperaban ansiosamente que la banda se asomara por lo menos a unos cinco centímetros de la puerta del tocador. Algunos los esperaban con una cámara en la mano para poder conseguir alguna foto y otros con cuadernos y libretas, intentando lograr algún autógrafo de Ville o de los suyos.
En ese momento, vi un papel tirado justo al lado de mis zapatos. Era un papel pequeño y estaba medio arrugado, seguramente tenía que haber sido alguno de esos mensajes secretos que uno suele enviar como código secreto. Para mí era de lo más normal, ya que con tanta gente que solía haber en los camerinos uno ni siquiera se podía hablar. Decidí abrir el papel y tenía el siguiente mensaje:
“Jazmín,
Nos vemos en la cafetería en diez minutos más,
Con amor, Ville.”
Lo leí y quedé pasmada. No creía que Ville estuviese ahí, pero quería ir para corroborarlo, le dije a Araceli, y ella me dijo:
-¿Cómo? ¿Es posible, Jaz? ¡Pero si Ville ni siquiera se ha asomado a la puerta! ¿Cómo podés creer en esas cosas?-
-Nelll…Ville está en el camerino con los chicos…-Dijo Rocío suspirando.
Yo escuché los comentarios de las chicas, pero no les hice caso y fui a la cafetería del recinto, para corroborar que Ville fuese el que me mandó el mensaje, y, en caso de no ser él, encarar al supuesto impostor. La sorpresa que me encontré es que no había nadie en el lugar. De repente, en medio de la nada, apareció el chico rubio que había visto en el sueño y que tanto me había llamado la atención.
-Buenas noches, Jazmincito.- Me dijo.
Yo me limitaba a tartamudear, intentando que me saliera alguna palabra. Sin embargo, él me interrumpió.
-¡Ah! Por lo que veo eres bastante tímida…te da miedo hablarle a seres extraños como Valo y yo, eh?-
¿Cómo Valo? ¿Acaso él no era humano? Porque de extraño sí que tiene mucho, pero este chico es aún mucho más extraño que él.
-Bien, tienes quince segundos para decir todo lo que tengas que decir en esta vida, antes de que pases a la otra, dime Jazmín, ¿Tú crees en el más allá?-
Le pensaba responder en ese momento. Pero antes de poder articular palabra alguna, vi como Ville entró por la puerta como si nada a la cafetería, y agarró al chico rubio fuertemente, con una mano en la cintura y otra en el cuello, intimidándolo.
-Ok, ok, Ville Valo, suéltame ¿Sí? Por esta vez la dejare pasar, pero les advierto una cosa a ustedes dos ¡No podrán zafarse fácilmente de mí!-
Después de decir esto, salió por la puerta principal de la cafetería, dejándonos a Ville y a mí, solos en ese escenario. Ville me tomó en brazos, yo no podía quitarme de encima su mirada, me era inevitable correspondérsela.
-¿Estás bien? ¿No te hizo daño ese tipo?- Me preguntó por el chico rubio.
-¿Quién es? ¿Lo conoces? ¿Cómo es que se sabe tu nombre?- Le cuestioné.
-Algún día te contaré todo, es una historia muy larga y difícil de entender.- Se limitó a decirme.
En ese momento llegó Araceli junto con Mige, Gas, Linde y Burton, los demás integrantes de la banda. Detrás de ellos llegaron Vanesa, Luciana, Estrella y Macarena. Todos muy preocupados por nosotros.
-¿Están bien?-
-¿Qué fue lo que pasó?-
-¿Quién anduvo por ahí?-
Esas eran algunas de las preguntas que nos hicieron.
-La verdad no, lo que pasa es que con Jazmín sentimos unos…unos pasos en la cafetería y queríamos ver si había alguien.- Se excusó Ville.
-¿Y al final había alguien?-
-No, no había nadie.- Dije sin más. Me era difícil creer aún que Valo fuese un experto mitómano, por lo menos era ágil a la hora de inventar excusas, y es que con esto me había dejado más que pasmada. Si bien antes lo veía como un chico misterioso, ahora lo veo como un ser totalmente extraño, incluso me atrevería a decir que no es un humano, aunque claro, nadie me creería y él mismo Ville me lo negaría.
En ese momento llegó el manager de la banda, Seppo, con una cara no muy feliz que digamos.
-¿Chicos, que es todo este escándalo? ¡Me están reclamando desde la administración del teatro! ¡Se supone que nadie debería estar acá durante el concierto!-
-Pregúntele a Ville Valo.- Dijo Mige.
-Mmm…lo que pasa es que…bien…es que no sé cómo explicarlo…Jazmín y yo tuvimos una experiencia paranormal acá.-
-¿Jazmín? ¡Ah sí! Si tú eres la chica de la bebida ¿No? ¿Y qué experiencia paranormal tuvieron, eh?-
-Es que con Ville escuchamos unos pasos acá y nos dio la curiosidad por ver que había, pero no hemos encontrado nada.
-En todo caso, de este teatro se cuentan tantas historias.- Sostuvo Luciana, que era la que mejor conocía estos alrededores.
-Sí, yo he oído un par de ellas.- Le respondí.
-¡Sí, pero por favor, salgamos de acá, si no quieren que los de la dirección nos echen!- Insistió Seppo.
-Sí, es verdad, vamos a los camerinos.- Dijo Ville.
Mientras tanto, en los camerinos aún había gente, y nosotras estábamos con la banda, hablando del concierto, de lo fenomenal que había sido, y estábamos pensando en hacer un “carrete” en nuestra humilde fraternidad con la banda y con los fans presentes, sin olvidarnos por supuesto, de la directiva del Fans Club, del Street Team, de Natanael y de Rocío. Para mí, por lo menos, era el mejor día de mi vida…o mejor dicho uno de los mejores días. La verdad es que todo lo que me había pasado en este último tiempo se había convertido en algo mágico para mí, algo a lo que en la vida real no estaba acostumbrada, nunca estaba tan extasiada por un simple concierto ¡Y más encima carretearíamos con nuestra banda favorita! Sin embargo, HIM no eran los primeros en tener esta experiencia. En anteriores ocasiones, bandas como The Rasmus, Muse, Nightwish o Cinema Bizarre ya habían sido testigos de nuestras delirantes fiestas en la Fraternidad cuando pisaron suelo chileno, y comprobaron que en ellas, de todo podía pasar.
Nos fuimos del teatro en las vans que trajeron a HIM al lugar. Algunos que fueron en auto llevaron más gente, y otros, simplemente optaron por caminar, ya que estábamos sólo a dos cuadras del Teatro. Sin embargo, muchos preferían andar en vehículo por cuestiones de seguridad. Eran ya las diez y media de la noche y nosotras nos fuimos con la banda en la primera van. De alguna manera le hicimos para que cayéramos todos, y nos fuimos riendo, cantando, tirando chistes y los chicos nos contaban a nosotras anécdotas del grupo. Nos detuvimos en una distribuidora de licores cercana al lugar, para comprar tragos y cosas para picar. Esta fue la parte que más le dolió a Ville ya que él en estos momentos se encontraba sobrio, así que trajimos dos botellas grandes de bebida también. No obstante, se sentía afortunado de tener que llevarnos a Araceli y a mí en brazos.
Llegamos rapidísimo a nuestro hogar. Estaba todo hecho un despelote, ya que ninguna se había encargado del aseo por el concierto y las clases. Los chicos, en conjunto al personal técnico que había venido con nosotros se ofrecieron para limpiar la casa antes de que llegaran los otros invitados. Nos demoramos menos que si lo hubiéramos hecho solas. Pusimos en el comedor las cosas para picar y las bebidas, corrimos los sillones y los muebles del living a un lado y cerramos los dormitorios…aunque tarde o temprano terminarían abiertos…y dejamos todo impecable para los invitados, que no tardaron en llegar.
Eran las once de la noche y todos estaban bailando. La fiesta se armó en serio, fue lejos el carrete más pomposo que se había hecho en nuestra fraternidad, tan así que gente que ni siquiera conocíamos, y que al igual que nosotros, eran fans de HIM, vinieron con nosotros. Todos estaban bailando en el living. Algunos se habían sentado en el comedor a conversar y tomarse algunos tragos. Pero yo opté por salir hacia el patio trasero con mi celular, quería llamar a mi madre, decirle que todo estaba bien acá y que no se preocupara por mí. Aún no entiendo cómo me transforme en lo que soy teniendo una madre tan aprehensiva.
-Aló mami.-
-Aló hija, ¿Estás ahí? ¡No te escucho nada!-
-Ah sí…mami, estoy bien y no te preocupes por tanto ruido…es que fuimos al concierto de HIM y ahora estamos haciendo un carrete con la banda y el fans club.-
-¡¿Qué?!-
-No te preocupes, si es un carrete sano, de hecho, ni siquiera he tomado.-
-No hija, no te preocupes, era sólo que no te escuchaba, me alegra que estés bien y no hagas cosas indebidas, no te cures ¿Ok?-
-Ok. Madre, te tengo que dejar, adiós.-
-Adiós hija mía.-
Colgamos al mismo tiempo. Me encantaría que mi mamá pudiera creerme sobre lo de las “cosas indebidas”. Muchas veces he analizado el estilo de vida que he llevado en tan poco tiempo; sé que no es el correcto, pero durante 19 años he vivido mi vida como una niña “ejemplo a seguir”, cuando fui adolescente me concentré tanto en los estudios y en el teatro que no tuve tiempo para amigos y fiestas. De pololos ni hablar, sólo he tenido a Natanael, y un chico con el que anduve por un tiempo después de salir del colegio, pero que a los dos meses le corté porque me engañó con otra chica en Buenos Aires. Y si a eso, le sumamos una timidez extrema, es casi imposible pensar que yo alguna vez haya sido popular, o que haya destacado por otra cosa que no sean los estudios o el arte.
Yo aún estaba ahí; afuera, mirando la luna llena. Entonces Ville salió de la cocina y se sentó en el sillón que teníamos en la terraza. Estaba fumándose un cigarro mientras que, al igual que yo, también miraba la luna llena, fui ahí, a sentarme junto a él.
-¿Cuántos te has fumado?-
-Este es el primero, corazón.-
-¿Enserio? ¿No me estás mintiendo? Mira que, por lo que sé de ti, en eso eres experto.-
-No, de verdad, los chicos están tomándose unos pequeños tragos y bailando, pero yo estoy sobrio y no me gusta bailar. Además que hay muchas veces en las que necesito mi espacio.-
-¿Y esta noche es una de esas, no?-
-La verdad es que sí, después de tantas giras, de tanta grabación, de tanto viaje, entrevistas y esas cosas necesitaba esto: estar sentado fumándome un cigarro y mirar la luna llena.-
-¿Está preciosa, cierto?-
-Sí, es bella, pero nunca tan bella como la mujer que tengo a mi lado. ¿Sabes una cosa Jazmín? Quería decirte algo…-
- Dime, soy toda oídos.-
-Que durante todos los años de mi existencia nunca he tenido una conexión tan fuerte con una chica como contigo, me has impactado mucho. Eres guapa, inteligente, excelente artista, tenemos los mismos gustos, ¿Qué más te puedo decir? ¡Me encantas Jazmín, me encantas!- Mientras me dijo eso se acurrucó en mis brazos como un verdadero niño. Nos abrazamos y yo lo apapaché, jugando con su melena y mirándolo a los ojos. Nos sonreímos y jugamos con nuestras caras, haciéndonos muecas raras. Luego él se paró del sillón y me tomó en brazos; luego se sentó. Yo me acomodé en sus brazos y él me abrazó, en ese entonces nos besamos. Fue un beso largo, candente, apasionado. Yo no me podía quitar de encima su boca, era un gran besador. Si bien conozco a Ville Valo desde hace sólo dos días y, dada mi condición de groupie, con él me pasaba algo extraño, algo que jamás en mi vida había experimentado ni siquiera con Natanael, que fue el único pololo “formal” que tuve. ¿Acaso sería efecto de la luna llena? ¿O del único vaso de cerveza que me tomé? No lo sé certeramente, pero lo único que sabía es que era una persona muy especial para mí, y ya no sólo por el hecho de ser mi cantante favorito o por esos rollitos superficiales que tenía con ciertos famosos para los cuales yo era “la chica de turno”. Él no era así, o por lo menos eso quería creer yo.
-Jazmín, ¿Tú crees en las almas gemelas?- Me preguntó con una mirada sincera.
Yo titubeé mucho en responder. Yo sabía lo que eran las almas gemelas, pero no creía que Ville realmente fuera la mía, por lo menos no quería creerlo en ese momento, no quería hacerme ilusiones de lo que probablemente fuese una simple aventura. Ville lo era todo para mí, pero no quería romper mi corazón.
-Sí, sí creo en ellas, pero no sé qué haría si me encontrara con la mía, me da mucho miedo.-
-Aquí la tienes.- Me dijo esbozando una sonrisa cariñosa.
Ante esta declaración yo me quedé perpleja. Yo sabía que él me daría esa respuesta, pero me había dejado sin respuesta alguna. Sólo me limité a abrazarlo y sonreírle, como una verdadera niñita chica. Jamás me había sentido de esa manera; no sé si será amor, pero prefiero que no lo sea.
-Eres la cosa más valiosa que tengo en el mundo. No sé si serás mi alma gemela, lo único que sé, que ahora que estoy contigo, ya nada más importa, quiero vivirlo todo contigo Ville Valo, sí, todo.-
-¿Así que estás dispuesta a todo por estar conmigo?- Me preguntó desafiante.
-Sí, absolutamente todo, soy joven y ya nada más me importa.-
-¿Ni tu amor por las tablas? ¿Tu familia o tus amistades?-
-Ville, realmente no te entiendo, primero dices que me amas, que soy tu alma gemela y después me haces estas preguntas tan…contradictorias…no sé qué decir.-
-Lo digo justamente por eso, porque no quiero que mi alma gemela sufra, no quiero que hagas cosas de las que después te arrepientas, Jazmín, no te quiero hacer daño, aunque sé que tarde o temprano lo haré, por eso te lo pregunto.-
-En esta vida hay que arriesgarse, cariño, y si tengo que dejar algo de lado por estar contigo, lo haré, todo tiene su recompensa, espero.-
-¡Amo tus palabras!- Me dijo, y dominándome completamente, me besó otra vez. Sí, era la primera vez que alguien me dominaba y yo no lo podía evitar.
-Nunca me había pasado esto con una fan, de hecho nunca he tenido nada con una fan.-
-Siempre hay una primera vez para todo, Valito.-
Decidí dominarlo y le tomé de la mano. Esta vez nos dirigimos a la piscina, nos miramos y nos echamos una sonrisa maliciosa. Él me guiño el ojo, como si estuviera adivinando mis pensamientos y me achuchó con sus brazos.-
-¡Qué hermosa está la luna llena! ¡Se pone cada vez más bella!- Me dijo, tratando de ladear mis pensamientos, como si yo no supiera lo que me quería decir en verdad.
-Sí claro, está muy bella.- Le dije, siguiéndole el juego.
-¡Es perfecta! Contrasta con el color de tu piel, que me encanta.-
-Mmm…a mí no me gusta, muchas veces envidio a la gente blanca, como a Araceli, amo su color de piel ¡Y más encima tiene pecas! ¡Lo mejor para mí!-
Nos miramos por un largo rato, luego nos sacamos la ropa, quedándonos sólo con las prendas íntimas, y nos tiramos a la piscina. Luego me abrazó y miramos la luna llena.
-No eres el primero que se tira a la piscina conmigo en ropa interior.-
-Pero soy el primero que lo hace con la luz de la luna llena.- Me dijo, mirándome de pies a cabeza.
-¡Ahora no quiero que te enojes, pero amo tu color de piel!-
-¿Bueno y no me amabas a mí?-
-Sí, en realidad amo las dos cosas, aparte de que ese tono de piel, color canela no se ve en mi país, debe ser por eso.-
-¿Sí?-
-Sí, es más, desde hoy en adelante eres mi chica canela.-
-¿Y yo cómo te diría entonces? ¿Mi chico…algodón? ¿O tal vez…mi chico nieve?-
-Dime de las dos maneras si te apetece, Darling.-
En ese momento algo raro pasó, se cortó la luz. De repente, llegaron dos chicos en medio de la nada. Eran unas criaturas extrañas, porque llegaron volando…sospechaba lo peor…
-Disculpe señor Valo que lo interrumpamos en su hermosa velada con esta bella señorita.- Dijo uno de ellos, tenía una melena lisa de color negro y unos extraños ojos grises.
-¿Qué quieren ahora?- Preguntó Ville prepotentemente.
-Queríamos saber si usted está listo para adentrarse…en el mundo terrenal.-
-Ah…ya sé a lo que vienen, si son los mediocres subordinados del señor Stefano Dallagio, permítanme decirles que estamos celebrando una fiesta en pos de nuestro concierto en Chile y por lo tanto, ustedes no son bienvenidos.-
-Nosotros no necesitamos invitación, Ville. Además tenemos entendido que esta casa no es tuya.- Dijo el otro vampiro.
-Ahora, si nos invita esta belleza por supuesto que nos unimos a tu celebración.- Dijo el chico de melena negra, tomándome de la mano y observando detalladamente mis atributos. Yo lo miré despectivamente.
Este hecho provocó a Ville, haciendo que éste estallara en ira. Se abalanzó contra ellos, sacó una navaja y se la enterró a cada uno. Primero al acompañante y luego al vampiro de melena negra, al cual le dejó la navaja enterrada. Ambos chicos murieron instantáneamente.
-¿Ville, quienes son ellos? ¿Qué quieren de ti? ¿Por qué tanto misterio?- Le pregunté desesperada.
-Ya te dije corazón, algún día te contaré la historia, pero ahora no es el momento.- Me dijo tomándome de la cabeza y besándome la frente.
-Ville, no sé…tengo tanto miedo…no entiendo que quieren ellos de ti, pero si te matan, también me matan a mí…es lo único que sé y que no voy a permitir.-
-Tranquila, mientras yo esté aquí no tienes porque preocuparte…te protegeré con mi vida si es necesario.- Me dijo, y luego me achuchó en sus brazos. Luego nos metimos a la piscina y contemplamos la luna llena.
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