The epitaph of my life en español

CAPITULO 1: DECLARANDO LA GUERRA

Algunas veces, tienes que medio morir por dentro, para poder renacer de tus cenizas y creer, y amarte.

Eso era lo que esperaba que me pasara. Renacer de esta mierda en la que se había convertido mi vida

Capitulo 1: Declarando la guerra

<< ¿¡Dónde está el maldito café?!>>

¡Perfecto! Eran las 5 de la mañana y no solo me había levantado MUY temprano, ahora, a alguien se le había ocurrido la BRILLANTE idea de terminarse el puto café.

Me envolví bien en la cobija que había traído de mi cama, estábamos a 2ºC se me congelaba el trasero, y otras cosas más... Al pasar por el comedor, voltee y vi a un muchacho con cabello revuelto, pálido, ojeroso, y con una cruda que podía más que él. Levante una ceja, como si mi reflejo fuera a cambiar solo porque no me gustaba.

Temblaba mientras subía las escaleras y me presionaba las manos sobre el pecho, para tratar de controlarlo. Tome unos jeans negros, una enorme sudadera a rayas negra con blanco y una chamarra roja, que pesaba casi lo mismo que yo.

Me vestí lo más rápido que pude procurando no soltar la cobija, en cuanto estuve listo, pase el cepillo sobre mi cabello un par de veces, y salí a la calle. Estaba helado

Ya estaba harto de la preparatoria: no me servía para LA VIDA REAL. Era un burdo desperdicio de tiempo, esfuerzo y dinero. No sabía si entrar a la escuela hoy...

Seguí caminando por las calles vacías, el nuevo horario hacia todo más claro por las mañanas, dando la impresión de ser una hora más tarde. No me gustaba

Al llegar a la parada del bus decidí que iría a la escuela, pero solo entraría a arte. O quizá a química...la última vez había dejado sola a mi compañera de laboratorio, Jamia, se enfureció y me reporto con la zorra que tenía por maestra…

¡Al diablo con ellas!

Total, un día más, un día menos. Me senté en una esquina solitaria donde solia estar cuando no entraba a clases, me puse los audífonos dispuesto a quedarme dormido.

No llevaba ni 5 minutos cuando, sorprendentemente, unas niñas me señalaron, incluso logre escuchar a una de lelas murmurar "el rubio que esta por allá",

HOLY CRAP! Nadie nunca iba por esos rumbos…excepto ¡cuando yo necesitaba paz! Además, ¿qué les importaba que yo estuviera aquí? ¡Como sea!....trate de pensar en otras cosas.

Honestamente, no logro recordar cómo es que sigo aquí, he pasado los 2 peores años de mi vida, llenos de mierda, de gente que va y viene, de personas hipócritas que tratan de ser tu amigo solo para volverse popular y que te acosan a donde quiera que vallas, también de algunos que te ignoran como si formaras parte de las instalaciones de la escuela.

Si, han sido 2 años y medio (para ser exacto) llenos de mierda, la cual disfrazo de “Estoy bien, tengo sueño” cada vez que alguien me pregunta.

Por mi seria fácil dejarlo, no entrar a clases hacer cualquier cosa que me guste. Eventualmente dejaría de venir a la escuela y llamarían a casa y ahí es cuando me enfrentaría a mi madre, pero a fin de cuentas seria LIBRE de esta monotonía absurda.

Todos dicen que los estudios son lo más importante, que debes de estar loco si quieres dejarlos, por mi parte, quiero largarme lo más pronto posible.

Una oleada de helado viento interrumpió mis pensamientos, ya no sentía el trasero, no podría dormir con ese puto frio.

Opte por despertarme, y empezar a escribir algo que tenía en mente, así que saque ibuprofeno de la mochila, junto con una coca. Tome 2…me empezaba a sentir más despierto…acelerado…. ¡Wow! otra pastilla, creo que esto fue buena idea... ¿cómo chingados no lo intente antes? Una pastilla más… ¡la puta madre! Ahora tenía una taquicardia de miérda; sentía con horror como mi corazón latía desbocado, dispuesto a abandonarme en cualquier momento. Estaba atrapado en mi cuerpo, no podía proferir ningún sonido, intente gritar, patalear, moverme... ¡MIERDA! estaba completamente paralizado. No podía hacer nada, más que escuchar el estruendo de mi corazón bombeando como loco….temí.

Pasaron, lo que a mi me parecieron horas, mis latidos seguían como antes. Pendejo

¿¡Cómo se me ocurrió hacer eso?!

Nunca me había pasado nada, pero…¿Por qué lo bebi en ayunas?

Cada minuto que pasaba perdia la esperanza de que alguien me encontraba, estaba tirado en el helado suelo, con el corazón a todo lo que daba, una pequeña luz del sol irradio sobre mi rostro, haciéndome cerrar los ojos. Solo quedaba esperar, a que algo pasara, lo que fuera.

Entonces, después de tanto tiempo, sucedió.

POST ORIGINAL:http://mcrhelenacullen.obolog.com/capitulo-1-declarando-guerra-1003593