Perfect Enemy

007.

El aire dentro del bar estaba demasiado viciado para mi gusto, y estuve tentado de simplemente salir al aire libre, pero sabía que mientras más escondido y oscuro fuera el lugar, era más seguro. Me abrí paso entre la gente que entraba apurada para encontrar una mesa de billar disponible o un par de asientos para tener una conversación más cómoda. Una niña, por que realmente no debía tener más de quince años, se acercó a mí con dos botellas individuales de cervezas, dispuesta a hablarme y tal vez invitarme a un trago, fue justo ahí cuando vi a Brian ponerse de pie en uno de las mesas pegadas a la muralla, moviendo su mano para hacerse ver entre la multitud.

_Permiso._ dije con el tono más cordial que pude encontrar, sintiéndome repentinamente indispuesto que una niña estuviese en un bar a esa hora, tratando de coquetear con un tipo notoriamente mayor. Pareció algo desilusionada, pero la dejé atrás, ahora concentrado en esa sensación de alivio al ver a mi amigo en la mesa. Cuando estaba a un par de pasos salió de su asiento, y con fuerza me abrazó, apretándome tal vez muy fuerte, pero no me importó.

_Dime gay o sentimental, pero hombre, no sabes cuanto te extrañamos._ ambos comenzamos a reír, aún abrazados junto a la mesa, en donde habían dos botellas grandes de cerveza junto con dos vasos.

_No te preocupes, sé que no eres gay. ¿Sentimental?, tal vez…_ su puño llegó directo en mi hombro antes de tomar el lugar donde anteriormente estaba sentado, haciendo que yo también descansara en uno de los viejos y acolchados sillones. Incluso antes de preguntarle a él cómo se encontraba, las palabras salieron disparadas de mi boca, impulsadas por la preocupación._ ¿Cómo están los berrys?_ Brian detuvo el vaso de cerveza que había comenzado a llevarse a la boca.

_Bien, tuvimos que controlar a Matt para que no fuera tras ellos, pero Jason está mejor, algo morado e hinchado, pero ningún daño mayor._ asentí, algo más tranquilo de saber que se encontraba bien. Cuando se trataba del grupo de Max, nunca sabías._ ¿Qué le dijiste a Artemis?_ preguntó mientras encendía un cigarrillo. Lo imité antes de responder.

_Nada en especial, dije que tenía que ir a arreglar un arma donde un conocido, y el hecho de que esté ayudando a nuestros vecinos hizo todo más fácil, estará ocupada hasta tarde._ Brian alzó una ceja, curioso._ Son una pareja de ancianos que necesitaban alguien quien los ayudara a correr algunos muebles y preparar una cena para hoy en la noche, Artemis se ofreció._ dejó salir todo el humo en un bufido antes de lucir algo triste, y pude entender el porqué.

_En serio lo siento Zack._

_Está bien._ No, no lo estaba, pero no me sentía capaz de verbalizar todo lo que daba giros vertiginosos en mi cabeza cuando se trataba de Artemis._ Entonces…

_Cierto._ tomó el bolso junto a el y disimuladamente arrastró una bolsa negra desde su lado de la mesa hasta la mía, siquiera tuve que abrirla, simplemente la guardé dentro de mi chaqueta, conciente de que era un revolver nuevo, mucho mejor la vieja pistola que había sido mi compañera por mucho tiempo._ Le conté todo lo que me dijiste sobre Max a Shads, decidimos quedarnos en la casa, ya que ellos creen que iremos a su lugar, se sentirán algo desilusionados cuando no les hagamos nuestra visita._ sonrió antes de bajar todo el contenido de su vaso, volviéndolo a llenar.

_ ¿Cómo va todo para el miércoles?_ pregunté casi contra mi voluntad, pero necesitaba estar bien informado si quería que todo saliera bien, al menos… bien para nuestro grupo.

_Todo listo. Jimmy y Johnny consiguieron suficiente explosivos para volar la calle entera, y la noche anterior Shads y yo iremos a preparar su depósito de mierdas para hacerlo volar._ esta vez su sonrisa tenía venganza escrita en cada poro de su piel, y lo entendía. Brian había sido testigo en primera persona del día en que esos mal nacidos atacaron a Cam, dejándolo morir en sus brazos.

_¿Dejan guardia adentro?_ pregunté preocupado de que tomáramos una vida por otra, no quería cargar con una vida inocente en mi conciencia. Ahora, si se trataba de uno de ellos… tal vez la culpa no me carcomería si le volaba los cesos a Max, Joel, Stephan o Dámaro, todos culpables de la muerte de Cam y de la tensión en la que nos habíamos sumido desde sus llegadas al barrio.

_Dámaro es el encargado de eso, así que no me preocupa mucho._ asentí, volviendo a llenar el vaso frente a mí._ ¿Tienes claro tu rol en todo esto?_ esta vez su tono fue más suave, con menos desprecio y más comprensión.

_Se supone que ese día iremos al barrio, ambos a la casa de Max, la dejaré ahí y…_ mi vista se perdió en un punto tras Brian, conciente de lo que estaba diciendo. Iba a tener que poner contra Artemis, y si las cosas se ponían peor, tal vez debería poner un arma frente a ella…

_¡Zack!_ un par de personas a nuestro alrededor se giraron a vernos por el grito de Brian. Me estaba mirando fijo, casi asustado._ Maldición Zack, si pudiera hacer todo de otra forma, juro por Dios que lo haría, haría cualquier cosa para que no tuvieras que dejarla, pero-

_¿A que hora se supone debo llegar allá?_ murmuré encendiendo otro cigarrillo, tratando e ignorar lo recién ocurrido. Brian seguía con la misma mirada._ No me tengas lástima, eso no mejorará mi situación. Y no es tu culpa tampoco._ gruñí, comenzando a sentir la frustración de no encontrar un punto fijo en donde descargar mi rabia. ¿Quién tenía la culpa?, absolutamente nadie, tal vez yo por demostrar mis sentimientos hacia Artemis, tal vez ella por corresponderme, pero jamás sería culpa de mis amigos.

_A las cuatro._ Brian se acomodó en el asiento, alargando sus brazos por todo el respaldo, con la mirada fija en mí._ ¿Crees que Max sospeche de ti?_ la pregunta de oro salió a la luz, y lo quisiese o no, asentí.

_No estoy seguro, el tipo siempre ha tenido sus reservas conmigo, pero el hecho de que apareciera de la nada, parece más alerta, más precavido._

_Pero aún así te dio toda la información de mañana._ volví a asentir._ ¿Y Artemis?_ esta vez negué enérgicamente.

_De ninguna manera._ comencé a morder una de las argollas en mi labio, el simple hecho de imaginar el rostro de Artemis cuando tuviese que darle la espalda, cuando tuviese que darle un sólido motivo para odiarme, cuando lanzara a la mierda todos esos tontos planes a futuros que parecían hacerla feliz. Brian bufó frente a mí, haciéndome despertar una vez más._ Lo hice otra vez…_

_Está bien Zack._ se llevó una mano al sombrero que llevaba, quitándoselo antes de desordenar el ya despeinado cabello ahora algo largo que tenía._ Todo va a resultar bien, tenemos todo fríamente calculado y al fín nos libraremos de esta mierda._

_ Lo sé._

Brian alzó la mano hacia la barra, esta vez pidiendo un par de shots. Agradecí que tratara de subirme el ánimo, y en parte funcionaba, me hacía recordar por que hacía todo esto, por que había aceptado desde un comienzo. Ellos eran mi familia, desde que tenía memoria habían estado conmigo, y aunque había tenido que irme por un par de meses, razón por la cual el idiota de Max no sabía de mí para cuando llegó al barrio, siempre regresaría a ellos. Y lo quisiese o no, sabía que con ellos era la única forma de llenar el vacío que Artemis dejaría, no sería lo mismo, eso lo tenía más que claro, pero necesitaría mucho tiempo para dejarla ir de mí.

Fue luego del tercer shot que decidimos era hora de partir, Artemis probablemente ya estaba en el departamento o a minutos de llegar, y no me gustaba dejarla tanto tiempo sola. Brian me acercó lo más posible al departamento, siempre con una distancia prudente por si alguien nos veía, y luego de despedirnos con un fuerte abrazo, sabiendo que la próxima ves que nos veríamos, no tendríamos que despedirnos horas después, comencé a caminar las cinco cuadras que me quedaban hasta el viejo pero acomodado lugar al que había llamado hogar por semanas. Pasé por la única tienda que logré encontrar abierta a las diaz y media de la noche, compré lo necesario para hacer un pastel simple, huevos para el merengue, encontré bizcocho preparado por lo que me ahorraría mucho tiempo, compré diferentes adornos, crema pastelera y lúcuma, algo dulce sería lo mejor.

Caminé las últimas dos cuadras mirando disimuladamente a cada lugar oscuro que me encontrase, habiendo muchos en el parque frente a nuestra calle, pero no parecía haber nadie. No sabía hasta que punto Max confiaba en mi, pero a tan pocos días del final, sería estúpido cometer un error. Empujé las pesadas puertas de entradas y subí hasta nuestro piso, aún con un cigarrillo en la boca, recordando que no estaba permitido fumar ahí dentro. Apagué la colilla contra mi zapatilla y abrí la puerta de nuestro departamento. Extrañamente no parecía haber nadie, así que luego de revisar las habitaciones y dejar los ingredientes en el viejo refrigerador, crucé el pasillo que nos separaba de la puerta de nuestros vecinos y golpeé tres veces. Algunas voces sonaron del otro lado y segundos después Artemis apareció en la puerta. Traía las mejillas algo sonrosadas y me sonrió al verme ahí.

_ ¿Aún ocupada?_ negó suavemente antes de acercarse a mí y dejarme un apretado beso en los labios.

_Me despediré y vuelvo._ asentí, apoyando mi espalda contra la muralla junto a la puerta.

Escuché como se despedía de varias personas, por lo que supuse aún estaban en su cena o algo por el estilo. Sólo un par de minutos más tarde Artemis salió, esta vez cerrando tras ella y empujándome hacia el departamento._ ¿Cómo te fue?_ preguntó luego de saludarme largamente y ya ambos en la habitación.

_Bien, debía conseguir un arma nueva._ Artemis asintió, no muy alegre de que ahora dormiría con dos armas en la misma habitación._ Sabes que es por protección.

_Eso no quiere decir que deban gustarme._ dijo mientras se quitaba la chaqueta de cuerpo y pateaba sus zapatillas a través de la habitación, casi dándome en una pierna. Encontraba divertido cada vez que se molestaba por ese detalle, y sus reacciones cuando algo no le gustaba era siempre las mismas. Si tenía algo en las manos, lo aventaba contra la mesa, sillón, o cama, así que había lanzado sus zapatillas hacia mí, y su rostro se tornaba un tono más rojo. La seguí, quitándome la ropa y poniéndome un par de short de basketball antes de lavarme los dientes y meterme a la cama, ansioso por el día siguiente.

_Eres una anciana._ comenté ya cuando la luz estaba apagada y Artemis se acomodaba a mi lado. Sentí que su mano buscó la mía debajo de las mantas, hasta que la encontró y entrelazó nuestros dedos.

_Mira quien habla._ dijo divertido antes de abrazarse a mí, como solía hacerlo, y cerrar sus ojos._ Buenas noches Zack.

_Buenas noches Artemis._ murmuré antes de yo mismo dejarme caer, no sin antes poner la alarma del celular para alcanzar prepararle el pastel antes de que se levantara. Sería sábado, y el miércoles pondríamos el punto final… pero yo no era el único que tenía sorpresas que dar.
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Largo en compensación a lo que me demoré xD
No queda muuuucho, y espero les guste (:
disculpen si hay errores, recién lo terminé de escribir ahaha. Comentarios y críticas son muy bien recibidas :)
Xaviera ~