¿Deben los jovenes ocupar cargos políticos?

This is a speech I wrote for a contest where we had to debate whether young peopleshould be allowed to occupy political jobs such as Gobernators, Mayors, Senators or Deputtees. I had to be againts (even though if I had to choose I'd still be against). I was VERY nervous since it was my firs time.
I won the contest and 100 dollars with it.

Hay unas cuantas razones por las cuales me inclino hacia el lado en contra de que los jóvenes ocupen puestos políticos. Entendiendo como joven a las personas de dieciocho años a los veintinueve, la gran mayoría de ellos estarían todavía estudiando la carrera o culminando sus estudios en la preparatoria. Un joven que aun no termina su carrera es en general un novato en el área de la opinión y del manejo de las leyes, difícilmente alguien que inspire confianza en los electores. Los jóvenes de esa edad no dominan todavía la política, puesto que la política en si es el arte de gobernar, y como toda arte la teoría es inmensamente diferente a la práctica. No se puede comparar un recién graduado a un veterano del ministerio o alguien de renombrado talento en su área. No puede compararse un servidor con un senador, un diputado o un ministro con años en su quehacer de debatiente.
Supongamos por un momento, que un joven recién graduado de alguna manera logra lanzarse de candidato a la presidencia, y de una manera aun mas sorprendente ganara. ¿Con que ideas vendría? Simples ideales quijotescos, que aunque nobles y sinceros son inútiles para alguien que no tiene los recursos ni la preparación. Los jóvenes luchan contra gigantes, cuando en realidad son solo molinos. Alguien con experiencia, vería el molino, y sabiendo como se construye y su funcionamiento detallado lograría no solo esquivarlo, si no conquistarlo y mejorarlo.
Dijo una vez Platón que el estado es como los hombres, pues es formada por estos. Luego vino Montesquieu, quien dijo que cuando nacen las sociedades, los jefes de un estado son los que le dan a esta su carácter especial, y luego este carácter especial es el que forma a los jefes de estado. Personalmente opino que una personalidad juvenil no es en general lo que uno quisiera como regente. Al tratar del estado, debemos tener en cuenta que sus instituciones no son aborígenes, aunque estuvieran desde antes de que naciéramos, que no son superiores a los ciudadanos, pues cada ley y cada costumbre ha sido particular; que todas ellas son obras de un solo hombre, y son imitables y alterables, y es para eso que necesitamos a los mejores y mas capacitados para realizar esos cambios.
Se dice que Diplomático es aquel que recuerda la fecha de nacimiento de la mujer, pero no la edad de esta. Se dice que el diplomático dice si para decir quizás, dice quizás para decir que no, y el que diga no, no es Diplomático. El poder arbitrario constituye una tentación natural para el político, así como lo es la vanidad a las mujeres, y lo son las mujeres a los hombres. La prudencia es pues, pilar angular del político, y un joven es en general poco prudente. Alguien poco prudente, en sus actos y en sus diálogos es exactamente lo que no es un político.
January 4th, 2009 at 12:13pm