Decisiones... buenas o malas.. como tomarlas?

Decisiones: ¿definitivas?, ¿trascendentes?, ¿complicadas? Decisiones al fin.

¿Qué es lo que hace que sean tan difíciles de tomar?
¿Qué es lo que hace que nos paralicemos al encontrarnos en la disyuntiva de estos enigmas?

Tal vez sea el miedo a escoger un camino que no tenga vuelta atrás. O la incógnita de todos los componentes que forman una decisión; pues uno nunca tiene una vista panorámica de una situación, sino que siempre se conoce solo un punto.

Inevitablemente, esta vida esta llena de decisiones, no todas de la misma trascendencia o magnitud pero al fin y al cabo, decisiones. Es por esto que de alguna forma se tiene que superar ese pánico que da enfrentarse a estas cuchillas sin retorno.

Una vez superado este paso y tomada la decisión, vienen las consecuencias, buenas o malas. Si son buenas, pues ¿qué mejor? Uno siente que se come el mundo a mordidas; el problema viene cuando son malas. Es entonces donde comienzan los “Si yo hubiera...”

Las consecuencias de una decisión son inevitables y, en mi opinión, no hay decisiones buenas o malas solo unas mejores que otras. Puesto a que todas van a tener consecuencias positivas o negativas impactando nuestra vida.

El meollo del asunto esta en como se enfrenta, en que se hace con esos impactos nuevos en la vida.

¿Para que lamentarse o arrepentirse? Si es claro que “lo hecho, hecho está...” no hay forma de retroceder el tiempo para cambiarlo.

Es mejor aprender de lo hecho, no hay mejor conocimiento que el aprendido empíricamente, experimentando la prueba y el error en este amplio campo que es la vida.

Este largo camino es una gran medusa que tenemos que enfrentar, por más que le cortes cabezas, éstas seguirán creciendo y por mas que huyas de ella finalmente te alcanzara. No queda más que seguir probando formas de vencerla e ir aprendiendo de las que no funcionaron.