Perfect Enemy

005.

Faltaban dos días para el cumpleaños de Art, ya había encargado un pastel con sus colores favoritos, verde y violeta, lo que me recordaba un poco al Joker. Había tomado algo de mis ahorros para una sortija que habíamos visto días atrás mientras paseábamos en el centro comercial. Tratar de hacer este cumpleaños especial para ella no había sido tan complicado como alguna vez creí lo sería, muy por el contrario, pero me fue difícil volver a dormir más de dos horas seguidas sin despertar para asegurarme que Art durmiese a mi lado. Si no sentía sus piernas enredadas con las mías me sentaba casi de golpe en la cama, sólo para verla acurrucada dándome la espalda en su lado de la cama. Por más que intentase aprovechar el presente, el día se acercaba más y más, y empezaba a creer que el tiempo sólo quería joderme aún más, pues los días me pasaban como canales mientras avanzas aburrido en la televisión. Art estaba preocupada por mí, diciendo que me sentía levantarme en medio de la noche, que me movía inquieto, que las bolsas bajo mis ojos casi se habían apoderado de mi rostro, y el espejo me lo recordaba. Parecía que estuviese enfermo, y en un doloroso sentido lo estaba. Me enfermaba el hecho de pensar que ella me odiaría, ver esos ojos verdes llenos de dolor me quitaba el apetito y las ganas de dormir, y ella comenzaba a notarlo.

_¿Zack?_ quité la vista de mi plato con sopa hasta su rostro frente a mi, ambos sentados en la pequeña mesa de la cocina. Artemis me miraba con el ceño fruncido, la preocupación en todo su rostro.

_¿No te gustó la sopa?, sabes que puedo hacerte alguna tortilla, de esas con verduras que tanto-

_La sopa está bien, gracias._ asentí, tratando de que dejara el tema. No sabía qué responder cada vez que me preguntaba que me ocurría, trataba de mantenerlo bajo la capa del resfriado que había tenido su lugar días atrás, pero ella no era tonta, sabía que había algo más._ Me gustaría saber que pasa por tu cabeza cada ves que pierdes la mirada._ sus ojos verdes parecían querer atravesarme, pero debía mantener la compostura, debía mantener la máscara bien sujeta sobre mi rostro y mis palabras.

_Sabes que viene tu cumpleaños, y quiero hacer de él algo especial…_ una sonrisa comenzó a aparecer en sus labios, contagiándomela a mi también._ No todos los días eres mayor de edad._

_No tienes que hacer nada, Zacky, no te preocupes por eso._ dijo antes de volver a su sopa, sonriendo.

_Oh bueno, supongo que tendré que devolver el pastel, los adornos, y ese disfraz que arrendé._ sus ojos se abrieron con sorpresa antes de comenzar a reir, tomando mi mano por sobre la mesa._ Déjame hacer esto por ti, lo disfruto.

_Está bien._ dijo rendida antes de ponerse de pie, rodear la pequeña mesa bajo mi curiosa mirada, y sentarse sobre mi, con una pierna a cada lado y tomando mi rostro entre sus manos._ I love you._ sus labios rodearon una de las argollas en mi labio, provocándome escalofríos.

_No hagas eso si pretendes terminar tu almuerzo._ murmuré con voz ronca, tratando de mantenerme frío, cosa que se hacía difícil con Artemis sobre mi.

_Debes terminar todo si quieres el postre._ no pude evitar abrir la boca en sorpresa por sus palabras. Amaba como podía pasar de esa chica adolescente algo tímida, a la chica que se encontraba frente a mi, provocándome sin tapujos. Con un golpecito en mi barbilla cerró mi boca, riéndose.

_Más te vale terminar ese plato. Y rápido._ dije mientras la tomaba de la cintura y la guiaba hasta su asiento._ Come._ señalé su plato mientras ella se tapaba la boca para contener la risa._ Va en serio, termina ese almuerzo.

_Cómo negarme._ su mirada seguía clavada en mi mientras tomaba su sopa, sólo faltó una sonrisa coqueta para acabar con mi paciencia.

_Es todo._ gruñí poniéndome de pie, e incluso antes de que se diera cuenta la tomé las caderas, haciendo que rodeara mi cintura con sus piernas._ Tu te lo buscaste._ su risa rodeó el ambiente antes de que atrapara sus labios con los míos. Casi a ciegas nos llevé a ambos hasta la habitación, con el pie cerré la puerta a mis espaldas y me quedé frente a la cama, dejando a Artemis recostada ahí, mirándome son ojos brillantes y grandes mientras quitaba mi camiseta. Se sentó en la orilla de la cama justo frente a mi antes de imitarme, dejándola sólo con un sujetador de encaje violeta y sus short de pijama. Sentí su mirada pasar por todo mi abdomen, y sujetándome del cinturón de mis jeans me acercó a ella, comenzando a recorrer los coloridos tatuajes de mis antebrazos con sus dedos. Subió hasta mis hombros y llegó hasta el tatuaje de mi pecho, mirándome como si fuese la primera vez que lo hacía. Bajó por mi abdomen hasta que sus manos desabrocharon mis jeans, dejándolos caer hasta mis tobillos. Me deshice de ellos y rápidamente me incliné hasta sus labios. Había algo en su forma de besar que me hacía perder el hilo de mis pensamientos, como si el mundo aparte de nosotros no existiese en ese momento. La recosté una ves más sobre la cama y quité su pijama, dejándolo en algún lugar de la habitación junto a mis pantalones. Su piel era pálida en contraste su negro cabello, y tenía dos tatuajes en la orilla de su ropa interior, dos rosas, una en cada lado, de un violeta oscuro mezclado con negro y brillantes hojas verdes. La realidad me golpeó de pronto, esta sería una de las últimas veces que estaríamos juntos y antes de dejar que la angustia me tomara por completo me recosté sobre ella, sin separarnos por largas horas, ambos en silencio, simplemente dejando que nuestros cuerpos y movimientos hablaran por nosotros.
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Cortito, pero he tenido problemas con conseguir la escritura que me gusta.
Gracias a los que siguen leyendo (: