Vengeance

003.

Después del tercer vaso de agua subí directo a mi habitación, la casa parecía estar desierta, hasta que sentí el lento y pausado ronquido desde la habitación de mi hermano. La mía estaba con la cama deshecha, las cortinas moviéndose con el frío viento de invierno y algo de ropa sucia en el suelo. No quise reparar en nada más, sólo me lancé sobre la cama con fuerza, junté mis manos bajo la almohada y me quedé ahí, aspirando el olor a suavizante mezclado con mi crema de peinar que tenia la almohada. Estaba adolorida, física y psicológicamente, era como un remezón de vientre junto con una punzada en la espalda, y las imágenes venían unas tras otra, como película proyectada al interior de mis párpados, vívida, con su respiración resonando en mis oídos, su piel húmeda frotándose contra la mía, sus firmes manos sujetando mis muslos, y el placer que nunca había experimentado.

_Vaya noche, ¿Eh?_ alcé la vista con el corazón en la garganta del susto que me había dado. Mi hermano estaba en polera y boxers apoyado en el marco de mi puerta, con su mejor cara de recién despertado._ ¿Dónde dormiste?_ soltó mientras se sentaba junto a mi. Arrugó la nariz.

_Si lo sé, olor a cigarro._ hablé sin estar conciente, pues mi mente buscaba la mentira más blanca e inocente para omitir la parte de “Hey, dormí en la casa de Cam”. Me senté a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro, casi con miedo a pestañar por si las imágenes de hace unas horas volvían a mi._ ¿Saliste?

_¿Donde pasaste la noche?_ volvió a preguntar, sin ningún rastro de enojo, pero se había dado cuenta de que evitaba la pregunta. ¿Y si Claire le había dicho que no estaba con ella?, Debía arriesgarme, eso era mejor que dejar que mi lengua soltara la verdadera información.

_Con Claire._ le di la espalda, comenzado a sacar mis botas y tirando del cierre de mi jumper.

_Hey, hey! Soy hombre, niña por Dios._ le lancé la prenda roja a la cara mientras buscaba mi pijama de satén negro, ya cuando estaba tapada le quité el jumper y lo dejé junto al montón de ropa sucia en un rincón de la pieza._ ¿Qué te pasó en la pierna?_ sus ojos estaban clavados en la única marca roja que salía por debajo de la tela, una perfecta línea con punta circular, algo gruesa, no muy marcada, pero contrastaba con el blanco de mi piel.

_El escritorio de Claire. Ya sabes, llegamos de noche, con sueño, se me cruzó._sabía que me había temblado la voz, y sabía que las imágenes volvían una y otra vez. Mis mejillas se sentía tibias, un hormigueo me recorrió todo el vientre y la espina dorsal. El solo echo de pensar que ese era casi la marca perfecta de su pulgar hacía que la piel se me pusiese de gallina.

_Ajá…_ se levantó de la cama, no muy convencido, y salió deseándome un “Buenos días” antes de cerrar la puerta. Me lancé contra el celular y le juré a Claire que le llenaría el estanque del auto si me ayudaba en esto, todo a través de mensajes de texto, antes de apagar el bendito aparato y dejar que el cansancio me ganara, no había dormido más que un par de horas y mi pecho se sentía dolorido.

Tenía la boca sequísima cuando desperté, y vaya, estaba atardeciendo. Mi estómago gruñó fuerte y claro exigiendo comida, así que casi a tientas salí de la habitación, bajé la escalera y en un dos por tres aterricé algo desorientada en la fría baldosa de la sala de estar. Un silencio incómodo se sintió en el aire, y claro, las voces que había escuchado hace segundos ya no estaban, en cambio tenía a dos pares de ojos observándome. Mi corazón aceleró sus pulsaciones como si lo hubieses disparado, el rostro me ardió y mi estómago pareció olvidar el motivo por el cual habíamos bajado. Cam tenia sus ojos verdes totalmente pegados en los míos, y por lo que parecieron largos segundos, no los quitó.

_No se que habrás hecho anoche, pero no puedo creer que recién estés despertando._ Y ahí estaba. Cam se sonrió de medio lado, cómplice, tratando de esconderse tras su vaso de bebida, y yo sólo le hice un gesto grosero a mi hermano para seguir de largo hasta la cocina._ ¿Puedes creer que se golpeó la pierna contra un escritorio?_ lo escuché decir, y lo siguiente que oí fue a Cam, totalmente atorado con el líquido, y la risa de mi hermano sonar fuerte. Yo sólo quería deslizarme por la muralla, llegar al suelo y dejar que el frío de las baldosas bajara la temperatura de mi cuerpo. Busqué nerviosa un vaso y, mientras me servía jugo, mi reflejo en la puerta del microondas no me tranquilizó, una marca de tono violáceo se oscurecía en mi clavícula.

_Por favor, no más…_ apoyé ambas manos en el lavaplatos, tratando de controlar la marea de sensaciones que me recorría el cuerpo, y el hecho de tener a Cam a solo unos metros no ayudaba en absoluto. Como un Inoportuno Flashback vi las marcas rojas en su espalda, rasguños superficiales, sus labios oscuros al amanecer y el aroma de sus sábanas.

_Trae algo para limpiar._ dijo mi hermano, aún riendo. Saqué un paño de cocina del mueble junto a mis piernas y fui, tratando de pasar por alto a Cam, quien todavía tosía algo atorado. Terminé por servirme un pote de cereal con yogurt antes de volar de vuelta hacia mi habitación.

***
Cerré la llave y me envolví en la toalla, tratando de no mirar mi cuerpo muy detenidamente, peine mi pelo con los dedos antes de abrir la puerta. Escuchaba a mi hermano hablar por teléfono en el living, ¿Dónde estaba Cam?. Y mi pregunta fue respuesta a penas abrí la puerta de mi habitación y verlo ahí, dándome la espalda, mirando por la ventana que daba hacia la oscura y húmeda calle.

_¿Que haces aquí?_ al parecer lo asusté, ya que al voltearse casi se lleva consigo un marco de fotografía de la ventana. Traté de no sentirme tan expuesta al solo estar con una toalla.

_Tu…_ comenzó a mirar la habitación._ Tu hermano me dijo que te avisara que saldremos, si querías ir._ titubeó antes de terminar la frase.

_Me visto y bajo._ asintió antes de dejar la habitación, sin detenerse a mirar mucho. Aún con el estremecimiento de mi estómago comencé a rebuscar entre mi closet algo para salir, hasta que di con unas calzas negras, una polera básica del mismo color y una camisa de hombre que había ajustado de azul y negro, terminé por unas botas antes de delinearme y bajar las escaleras corriendo, aterrizando casi sobre mi hermano.

_Creo que eres la única mujer que es rápida vistiéndose._me dejó un beso en la frente antes de tomar las llaves de su auto y salir de la casa. Junto al Mazda 3 de Neith estaba la moto de Cam, a la que no le dejé más de 3 segundos la mirada.

Jake también estaba ahí, y como fue el primero en gritar un fuerte y claro Shot Gun, Cam y yo tuvimos que irnos en el asiento trasero, cada uno casi aplastado contra la ventana y con la música que a mi hermano le fascinaba bailar y poner camino a las fiestas, y como iba él, supuse que iríamos donde hay mucho Industrial, SinthPop, rock y música de ese estilo. A medio camino comencé a terminar de pintarme, con el peso de la mirada de Cam encima.

_Pasa a una maldita botillería, Neith._ Gritó Cam por encima de la música, haciendo que mi hermano se desviara un par de cuadras para ir por un pack de coronas, un absolute de manzana y bebidas energéticas para él, ya que conduciría de vuelta. Recogimos a Claire a unas cuadras de la botillería, haciendo que Cam y yo quedáramos pegados y mi corazón latió fuerte dentro de mi pecho. El Absolute llegó al asiento de atrás y Claire y yo comenzamos a hacerlo bajar, pasando la botella por delante de Cam, quien de un momento a otro nos quitó la botella y le dio un largo trago, y cuando la bajó su mirada verde pareció querer atravesarme. Dejó la botella entre mis rodillas, procurando pasar “por casualidad” su mano contra mi pierna, provocándome un fuerte cosquilleo.
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Xaviera.