Tan adentro.

Sorpresa

Apenas Sweet se dio la vuela me di cuenta de que iba a estar 5 minutos sola con el, y eso iba a ser relativamente bastante incomodo.
Silencio.
- Entonces…tu eres la famosa Abie – me sentia agradecida de que el tuviera la capacidad de romper con ese ridiculo silencio.
- Sip, eso supongo.- dije en un tono mas tranquilo del cual esperaba.
- Sweet realmente te aprecia, parecen ser grandes amigas, pero no eres según ella te describió – apenas largo esas palabras me dieron unas enormes e incontrolables ganas de golpearlo, no podía creer lo que estaba escuchando. Ese chico, del cual mi mejor amiga se sentía atraida, estaba tratando de coquetear conmigo, pero a la vez me gustó, me sentía la peor amiga del mundo. Puse cara de poco amigos – no me malinterpretes por favor, me refiero a que ella me había dicho que eras mas baja que ella y la verdad es que son iguales. También me dijo que eras pelirroja, y eso me lleva a dos opciones; o necesito ir a un oculista urgentemente o no se me ocurre ninguna otra opcion – Sentí un enorme alivio (esta vez si utilizando la palabra correcta) pero a la vez me desilusione, parecía verdad lo que el decía, no aparentaba ser ese tipo de chicos el cual miente. Siempre habia sido mas baja que Sweet, estaba apunto de decirle a él que tenia que ir al oculista pero no por el daltonismo entonces recordé el tipo de zapatos que tenia puestos. Rei
- El problema de la altura, ehm si, el problema se encuentra mas cerca de lo que esperas – mire hacia abajo, donde se encontraban mis tacos, reí y el rió conmigo.
- Comprendo.
- Y con respecto al pelo, me teñí la semana pasada, gracias a perder una apuesta con un amigo.- me sentí un poco avergonzada al admitir eso pero sin embargo era agradable hablar con el, ya no lo odiaba tanto.
Vi los Skittles sobre la mesita de luz y los tome. En el momento que me meti 3 Skittles en la boca sonó una melodia bastante familiar, mi canción favorita de Papa Roach – Forever. Trate de ubicar de donde venia el sonido, y vi a Zachary metiendo la mano en su bolsillo y sacar su celular.
Intercambio un par de palabras tales como “si, no, talvez” y justo llego Sweet. Mientras Sweet y yo tomamos nuestras carteras y nos dirigíamos hacia la puerta con Zachary atrás esta vez sonó mi celular, era mi madre preguntándome si podía ir a casa que me necesitaba allí para cuidar a Jaime, mi hermano menor, ya que tenia una urgencia. Mi madre era doctora, yo ya estaba acostumbrada a tener que cuidar a mi hermano un sábado por la noche, no nos podíamos dar el lujo de pagar a una niñera.
Camino a casa no podia parar de pensar en Zachary, ¿Como este chico me podia atraer tanto? No lo comprendia, necesitaba sacarme esto de la mente asi que abri mi cartera para tomar mis auriculares y note que en el fondo de esta habia un pedazo de papel, lo agarre para tirarlo; no me gustaba para nada tener basura ahi adentro. Por curiosidad tome el papel y lo abri, al leerlo quede petrificada.
Era una dirección y una hora, al lado de la hora decía en una letra perfecta, con trazados derechos y firmes “Te estaré esperando…”
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