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1 minuto y medio en la realidad

17 de Octubre (3. Pas de noms)

La chose étrange est que pas de noms.

Me pregunto por qué no aparecerán nombres en el libro. Y eso me ha conducido hacia; ¿Y si la historia fuera cierta? Quiero decir, la enfermera era italiana, y el nombre que recibí en el correo electrónico era italiano. En cuanto el chico francés, podría ser el escritor. ¿Por qué no?

Lo malo es que he estado investigando el nombre italiano, y no encontré nada. Supongo que eso quiere decir que la chica no era una persona importante o famosa. Así que no tengo suficientes pruebas para probar mi teoría. Además, parece ser que Arthur no padecía ninguna enfermedad. Por lo menos eso es lo que pone en Internet. Aunque no estoy segura si tendría que fiarme. Y por ese mismo motivo he a pedido ayuda a un profesional, o a alguien que se crea profesional...

Se trata de un chico de mi edad llamado Thomas con el perfil de un nerd de los ordenadores. Seguramente él podrá ayudarme. No va a mi colegio, ni siquiera le conozco, pero he oído hablar de él. Dicen que es un genio de los ordenadores y que apenas sale de casa, exactamente por eso no tendrá amigos.

He preguntado a unos amigos donde vivía. Así que solo me faltaba ir a su casa y hablar con él.

Vivía en una villa grande. Toqué el timbre dos veces. Oí a alguien bajar las escaleras desde dentro. Un chico con gafas, una camiseta de los Ramones y unos vaqueros abrió la puerta. Tenia el pelo despeinado y una mancha de nacimiento en el cuello.

- No gracias, no quiero comprar nada.- antes de que cerrara la puerta puse el pie para que no pudiera. Algo me decía que no me iba a llevar bien con él.

- ¡Espera! No vendo nada, ¿Eres Thomas?- le pregunté. Me miró de arriba abajo, como un trozo de carne.

- Sí, ¿Que quieres?- me preguntó con curiosidad. Obviamente intentando ocultarla, no era un buen actor.

- ¿Me podrías ayudar con un asunto? He oído que tu sabes mucho sobre ordenadores y me preguntaba si... - no me dejó terminar la frase.

- Está bien. Pero tienes que decirme en qué andas metida. La última vez que ayude a alguien sin saber nada sobre el tema, me denunciaron. - dijo cediéndome el paso hacia dentro de la casa. Cerró la puerta y me hizo un gesto para que le siguiera. Estaba todo desordenado; había cosas tiradas por el suelo. Y su habitación era aún peor.

- ¿Tus padres no te dicen nada? Quiero decir, mira como está esto. - dije señalando.

- Mis padres se han ido de viaje durante un mes y me han dejado con mi hermano mayor. Ya lo recogeremos, pero de momento no hay nadie que nos regañe. - dijo con una sonrisa simple como si fuera lo más normal del mundo.

Se sentó en su cama y puso su portátil en frente suyo. Yo me acerqué y me senté a su lado. Me miró como diciendo que empezara a contarle el asunto.

- Hace dos días encontré un sobre rojo con un nombre en mi taquilla. Lo investigué y ese tal "Arthur Anthony Pricolo Lee" era un escritor francés que desapareció en el año 1989. Decidí leer un libro suyo por curiosidad, el único. Se llama "Une minute et demi dans la réalité". En castellano; 1 minuto y medio en la realidad. Trata sobre una enfermera italiana que cuida a un chico francés que padece un trastorno bipolar. Ayer, recibí un correo fantasma que contenía otro nombre; Jamia Paola Maltagliati Zanonner. Obviamente era de la misma persona que me envió el sobre rojo, y no pude evitar pensar que el nombre era italiano al igual que la enfermera. Y el chico era francés igual que el escritor. Decidí buscar información sobre el nombre pero no encontré nada.- respiré hondo. Thomas se quedó pensativo durante unos segundos procesando toda la información.

- Esta bien, te ayudaré. Puede que me lleve tiempo, empezaremos mañana. Y si quieres rastrearé el correo fantasma. Pero...- dijo dejando una pausa.

- ... yo también quiero saber hacia donde lleva esto, así que trabajaremos juntos en este caso. - siguió diciendo con cara seria. Empezamos a reírnos. Ni si quiera sabía por qué estaba investigando esto, y se lo tomó tan en serio.

- Lo sé, no debería tomármelo así. He visto demasiadas películas. - me dijo entre risas.

- Mañana me pasaré por aquí a las cinco si te parece bien. - le dije con una sonrisa de oreja a oreja.

- Aquí estaré.- dijo feliz mientras me acompañaba hacia la puerta.

Creo que las primeras impresiones no son siempre las de verdad, me está empezando a caer bien.