Status: Activo, pero lento...

1 minuto y medio en la realidad

18 de Octubre ( 4. C'est un secret)

Je suis heureux et ne sais pas pourquoi.

Supongo que estoy feliz porque hoy no ha sido un día aburrido. Al las cinco llegué a la casa de Thomas. Tenía muchas ganas de volver a hablar con el ya que la intriga me estaba matando, no literalmente.

Toqué varias veces el timbre y nadie abrió la puerta. Yo sabía que era muy poco probable que haya salido de casa, y además, la luz de su habitación estaba encendida. Había un árbol a lado de su ventana e hice una cosa que no haría si no confiara en él.

Trepé poco a poco asta su ventana, estaba cerrada pero las cortinas estaban corridas. Me senté en la rama cómodamente mientras contemplaba como Thomas bailaba como si no hubiera mañana, tenía unos cascos puestos pero la música se oía tanto como para saber qué estaba escuchando exactamente. Era una mezcla entre Rock y Punk.

No pude aguantarme la risa cuando se subió encima de la cama para seguir bailando porque los trastos del suelo le molestaban y ya se había dado varias veces contra la mesa.

Entonces, me oyó, se giró muy rápido, y se quedo mirándome fijamente sin saber que hacer. En ese momento me sentí algo culpable. Y en ese momento, me resbalé de la rama. Pero antes de caerme Thomas abrió la ventana y me cogió del brazo.

-¡ Ayudame, me voy a caer, por favor, no me sueltes! - dije apurada.

- Tranquila, no te soltare - dijo mientras me ayudaba a entrar en su habitación y me dejaba en el suelo.

- Lo siento, soy estúpida - dije mientras se me emborronaba la vista cuando mis lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas.

- ¡¿En qué estabas pensando?! ¡Casi te matas!

- Toqué el timbre pero no abriste, entonces trepé. Lo siento - dije entre sollozos.

- No, lo siento yo, no te debería haber gritado así- me dijo mientras me ayudaba a levantarme y me abrazaba. Dejé de llorar, pero seguía entre sus brazos.

De repente entró un chico algo más mayor que nosotros. Nos separamos rápidamente, y apartamos la vista ruborizados.

- Hey genio, ¿Porqué no me dijiste que tenias novia?- dijo con una sonrisa malvada.

- ¡No, no, no es mi novia! Esta es Eriel, le estoy ayudando con un tema con el ordenador. Eriel, este es Rubén, pero llamale Rub porque si no se enfada. - nos presentó.

Nos sonreímos y Rub se quedo mirándonos a los dos. Después, sonrió otra vez con esa sonrisa malvada. Tenía cierto parecido a Thomas, pero Rub tenía un aire malvado, pero no con malas intenciones.

- Hacéis buena pareja, y si no sois pareja deberíais. Encima, os estabais abrazando. - dijo rompiendo el silencio, todavía con esa sonrisa.

- ¿Y qué querías?

- Ver si te habías vuelto tan loco como para hablar solo. ¿Has llorado?- me preguntó.

Le dije que no con la cabeza. Le mentí.

Estuvimos unas dos horas descargando los programas necesarios, no empezamos a hacer nada interesante. Después me acompañó a casa, y antes de que entrara me dio un beso en la mejilla.

- ¿Mañana a las ocho?- me pregunto

- ¿Por qué tan tarde?

- Va a venir mi primo a mi casa durante unos meses, y le tengo que ayudar a mudarse. Yo le dije que viniera, es un experto con los programas. La verdad es que es uno de mis dos únicos amigos, y tu eres la otra amiga. - dijo sonriendo. - Nos lo contamos todo, y tengo que contarle muchas cosas...

- ¿Sobre que?- dije curiosa.

- Es un secreto- susurró y se fue corriendo hacia su casa dejándome con la mosca.

No quiero meterme en su vida, pero creo que esta noche no voy a poder dormir pensando en el secreto. Las últimas palabras que me dijo no paran de sonar en mi cabeza. "Es un secreto"