A different place, a different life

-"He llegado tarde”-me dije-“He llegado tarde el primer día de clase”
Tras pensar esto, salí corriendo hacia secretaría:
-Buenos días- me dijo un anciana de pelo blanco y rechoncha-¿Qué desea?
-Yo… Tarde… Primer día…-me di tal paliza corriendo que apenas podía respirar, así que después de decir esto, saqué mi inhalador mientras la anciana me miraba por encima de sus gafas de botella.
-Así que has llegado tarde tu primer día de instituto y no sabes qué asignatura tienes. ¿Correcto?
Asentí mientras daba la última calada al inhalador para que desapareciera mi asma.
-Nombre y apellidos por favor.
-Nathan James Sykes-dije sin vacilar-empiezo segundo de Bachillerato.
-Veamos… Nathan…Mmm-murmuraba la anciana-¡Aquí! Estás en 2ºD de Bachillerato, te toca literatura universal.
-Vale, ¡gracias!-grité mientras corría, pero me paré en seco y me di media vuelta hacia la ventanilla y miré a la secretaria-¿Dónde está esa clase?
La pequeña anciana sonrió y me señaló la dirección- segunda puerta a la izquierda.
-Gracias-agradecí otra vez, y volví a la carrera.
Debí haber venido con Jess, mi hermana, pero me quedé dormido.
Solté una carcajada al recordarlo, pero me serené al momento y llamé a la puerta:
-¡Adelante!-una voz femenina salía de la puerta después de haber abierto la puerta.
-Hola-saludé-Soy nuevo aquí, me llamo Nathan.
-¡Hola Nathan!-respondió la profesora-yo soy Lilly, profesora de literatura.
-Encantado-me ruboricé tanto que no sé cómo no emanaba luz roja de mi cara.
-Por favor, siéntate ahí, al final del todo-me guió mi profesora.
Había un sitio entre la pared y una chica muy, cómo decirlo, peculiar.
No iba vestida como las demás chicas, con minifaldas o vaqueros cortos que enseñan más de lo que deberían y tacones, iba con unos leggings negros hasta los tobillos con unas Vans azules y una camiseta de los Ramones de color blanco.
-“Los Ramones”-sé que eran una banda bastante famosa, aunque yo nunca los había escuchado.
-Hola-saludé amistosamente. La chica levantó la cabeza y me miró, y nunca olvidaré esa mirada.
Fue un instante en el que se paró el tiempo, un momento en el que nuestras miradas se cruzaron, suena bastante cursi, pero es la verdad.
Unos ojos verdes tan claros que parecían transparentes y una larga melena negra recogida en una trenza a lo Katniss Everdeen de Los Juegos del Hambre.
Cuando bajó la mirada me sentí un poco vacío, suelo ser una persona muy tímida e introvertida, y por una vez que era algo más atrevido, no me respondían.
Me encogí de hombros y me senté en el sitio que me habían asignado.
Lilly comenzó a pasar lista:
-¿Susan Anders?
-Aquí.
-¿Sophie Calloway?
-Aquí.
Así hasta que llegara la S:
-¿Samantha Stone?
No hubo ningún “Aquí” ni un “Yo”, solo una mano levantada, y adivina de quién.
La chica de los ojos verdes.